sábado, 27 de enero de 2007

El extraño cargadero de Ontón

En 1889 el arquitecto Alberto de Palacio, posterior responsable de la construcción del cargadero del Piquillo, ideó un sistema de carga de buques realmente peculiar. Consistía el conjunto en una torre en forma de pirámide de 6,10 m de ancho, y unos 20 metros de altura que discurría apoyado en 4 vías sumergidas en el mar. Las vías tenían 70 metros de largo y estaban inclinadas un 5% de manera que la torre se sumergía a medida que se alejaba de la costa, quedando la carga, situada en la parte superior, a la altura de la cubierta de los buques cuando llegaba al final del recorrido.





El funcionamiento era muy sencillo y automático: la torre estaba unida mediante un cable de acero a una serie de vagones en tierra que hacían de contrapeso. Cuando la torre estaba cargada, su propio peso hacía que descendiera alejándose de la costa. Al volcar la carga en el buque, el peso de los vagones la obligaban a retroceder hasta los acantilados, y mediante un mecanismo también automático al llegar la torre se habría la vertedera para volver a cargarse de mineral.
Con cada viaje se volcaban 100 Tm de mineral en las bodegas del barco.


Fuentes: "La Cuenca Minera Vizcaína"; http://www.patrimonioindustrial.com

martes, 23 de enero de 2007

El cargadero de mineral de El Piquillo

Al hilo de la recuperación de la antigua linea de ferrocarril como Vía Verde entre la punta de Rebombal y la antigua mina de El Hoyo, vamos a contar un poco la historia del cargadero del Piquillo.



Se situaba al final de la línea, en la mencionada punta de Rebombal y sus dimensiones eran las mayores de todos los que existieron en la costa. Fue diseñado por Alberto de Palacio, el ingeniero que realizó el Puente Colgante de Portugalete. La estructura del cantilever medía 100 metros de largo, de los cuales 65 metros eran volados sobre el mar. Estaba anclado en tierra mediante cuatro potentes pasadores que evitaban su vuelco. Su sección no era rectangular como el resto de cargaderos, si no con forma de trapecio, lo que le dotaba de mayor estabilidad lateral. La anchura útil del cargadero era de 6,20 metros, lo que le permitia alojar 3 vias. Solamente el peso de la estructura era de 400 toneladas. Su construcción se realizó por los talleres de la Sociedad Anonima Franco-Belga, situada en Miravalles (Vizcaya)



Esto no era todo, en la punta del cargadero se acopló una vertedera móvil que medía 20 metros. La cadena que soportaba la vertedera pesaba más de 5.000 kg.

Los trabajos de descarga eran espectaculares, según se nos relata en este texto de La Ilustración de Castro:
"Toda la estructura oscilaba de 15 a 20 cm. en las operaciones de descarga. Su anchura hábil era de 6´2 m. con tres vías por las que circulaban vagones con un peso total de 2´5 Tm. llevados por dos obreros cada uno. Una vez dado el empujón inicial ambos hombres solían subirse en los topes hasta unos metros antes de llegar a la vertedera, cuando habían de empujar de nuevo hasta volcar el contenido y regresar por la vía central. Intervenían hasta 21 vagones y otras tantas parejas en un circuito de pesadilla. En cada viaje recorrían más de 200 m. en ida y vuelta, trabajando de sol a sol (de 10 a 12 horas). Los vagones llevaban casquillos de bronce en vez de rodamientos, para facilitar su movimiento solían mojarse solían mojarse las víascon una mezcla de agua con grasa quemada; pero había vagones más livianos que otros y las parejas contendían entre sí, madrugando para obtener el mejor. Había un obrero en Ontón, Pepe Vélez, que era de corta estatura, llegaba el primero y se acostaba dentro del vagón. Cada barco se tardaba entre 3 y 4 días y eso si el tiempo lo permitía, en medio de un fragor considerable entre el rodar de los vagones, el golpe seco en el volquete, el mineral deslizándose por la vertedera, el vocerío de las órdenes, humoradas, gritos e imprecaciones de los hombres, el ruido del mar contra las rocas, mientras todo quedaba envuelto por una nube rojiza de polvo férreo y el barco, bien amarrado a las boyas y a tierra, cabeceaba en aguas de poco fiar. La operación de carga finalizaba con otra escena como de película de esclavos cuando 80 ó 100 hombres tiraban al unísono de los cables calabrotes que amarraban el barco a tierra."
En el año 1954 se moderniza con la incorporación de una cinta transportadora con la que se podía cargar 2000 Tn/hora. Esta mejora fue acordada por Vicente Elosúa con los holandeses para la mejora de la explotación de los carbonatos que se realizaba en las minas de la zona. Estuvo en activo hasta finales de los años sesenta.





Se mantuvo en pie hasta que el 10 de Diciembre de 1985 fue derribado por un temporal.

Fuentes: "La Cuenca Minera Vizcaína"; "La Ilustración de Castro"

domingo, 21 de enero de 2007

El cargadero de mineral de Dícido

El vestigio minero si no más importante, más evidente del pasado minero de Castro Urdiales está situado en Mioño. Es el último superviviente de al menos siete cargaderos que existierón en la costa del municipio del tipo "cantilever", palabra inglesa que significa voladizo. Esta denominación se debe a que los cargaderos construidos hasta ese momento estaban apoyados sobre pilotes metálicos, mientras que los "cantilever" se construyeron a modo de una gran viga volada sobre el mar.

De esta manera los barcos podían cargarse en zonas de mayor calado y la estructura del cargadero estaba a salvo de los temporales y de la acción corrosiva del agua del mar.

El cargadero inicial, que no corresponde con el existente en la actualidad, fue construido en el año de 1896, para sustituir un cargadero sobre pilotes arrasado en el año 1894. El proyecto fue realizado por T.Seyrig, un colaborador de Eiffel y la construcción la llevó a cabo la compañía belga J.L. Lecocq, la misma que realizó el cargadero de Saltacaballo.









Este cargadero tenía dos pisos para la circulación de vagones, con doble vía cada uno. Cada piso terminaba en una tolva, superpuesta una con la otra de manera que alimentaban a la misma vertedera. Se podían cargar 200 tn por hora con este sistema. El el año 1929 se instala una cinta tipo Robins para el transporte del mineral.



El 23 de agosto de 1937 el cargadero es dinamintado por las tropas republicanas en su retirada, quedando en pie únicamente el pilar de mampostería central.




Inmediatamente se encarga la construcción de un nuevo cargadero a las compañías Basconia y Cortazar Hnos, según un proyecto de la oficina técnica de Altos Hornos, dueña de la explotación de Dícido en aquel tiempo. El cargadero reconstruido mantuvo las características del anterior, aunque con varias diferencias: solo tenía una plataforma para una cinta transportadora, situada a la altura del 2º piso del cargadero anterior, por lo que hubo que recrecer la pila central hasta dicha altura. Por la misma razón, la estructura necesaria era más ligera, disminuyendo el número de montantes y diagonales respecto al cargadero anterior. Se termino en junio de 1938 y se inauguró el 14 de julio.



En el año 1996 es declarado Bien de Interés Cultural, y aún hoy sigue a la espera de una merecida rehabilitación.

Fuentes: "La Ilustración de Castro";"La Cuenca Minera Vizcaína";http://www.muchocastro.com