Estrenamos colaborador con esta entrada sobre una de las concesiones menos conocidas de la zona de Dícido. El mérito es de su autor, Alejandro Gil, que viene con ánimos de resucitar un poco este blog como nos gusta: con información novedosa e identificando los restos que la minería de la zona ha cicatrizado en superficie (y también debajo de ella).
Sin más presentaciones, vamos con la entrada:
En el saliente que queda entre la ensenada de La Turbia (Saltacaballo) y la playa de Dícido, conocido como La Puntilla, se hallan los restos de unas pequeñas explotaciones de hierro con bocaminas y excavaciones en los lugares en que afloraba la vena de mineral.
Figura 1: Vista general de la zona de La Puntilla con las bocaminas señaladas. |
Figura 2: Planos de concesiones mineras con las bocaminas señaladas en La Puntilla. Años 1908 y 1927. |
La Mina “Vulcano”
Se trata de una pequeña explotación de mineral de hierro del año 1930 en cuya galería principal se encuentran dos pequeñas galerías laterales de tipología antigua que, si bien a priori no podríamos clasificar como de origen romano, sí que tienen características de las explotadas durante el Antiguo Régimen.
Cabe recordar que Jovellanos en su viaje de 1798 ya describe explotaciones mineras en esta zona para abastecer a las ferrerías locales. También que en el año 1864, época en la que estaba ya generalizado el uso de explosivos, los propietarios de la ferrería de Nuestra Señora de La Merced en Guriezo exploraron y encontraron en la zona de Saltacaballo nuevos filones de mineral aprovechables.
Con la información de que disponemos, podemos especular con que el origen de esta mina es anterior a la concepción de la N-634 (Plan de Carreteras del año 1864) puesto que está en la traza del camino antiguo que unía Mioño con Saltacaballo, o que incluso este camino respondiera a la existencia previa de esta mina. En fechas posteriores a la construcción de la N-634 (~1880) parece que fue ampliada utilizando técnicas más modernas y quizás se abrieron también algunas de las galerías superiores.
Figura 3: Mapa de, aproximadamente, 1915 donde se indican las galerías existentes. La principal está a pie del camino antiguo entre Saltacaballo y Dícido |
Hemos dicho que este grupo de minas están en la concesión Vulcano, pero según un plano de reconocimiento de 1929, cuando se buscaban nuevas posibilidades de reexplotación, a la principal galería de este paraje la denominaron “Neptuno”. La explicación podría deberse a que en esa época se trabajaba en la cercana concesión Neptuno abriendo la galería de “La Playa” y, quizás, por cercanía y zona de acceso les convino ese nombre con el objetivo de evitar confusiones con las otras explotaciones ya existentes en la concesión Vulcano.
Figura 4: Plano de reconocimiento en la Mina Neptuno en 1929 |
Como podemos observar en el plano anterior, la bocamina de salida del mineral se ubica a pocos metros bajo la carretera N-634, cerca de la curva de Saltacaballo, en la traza de un antiguo camino que ahora da servicio a una torreta eléctrica y por la que actualmente discurre una conducción de agua potable en dirección al túnel de Saltacaballo.
Hoy en día la traza está invadida por vegetación arbustiva por lo que es difícil de localizar y acceder, pero podemos observar en fotos de hace unos pocos años que los caminos de la zona estaban despejados. Esperemos que más pronto que tarde se lleve adelante algún proyecto de conexión entre Mioño y Ontón que restaure estas trazas mineras, bien sea el proyecto de sendero litoral (PESC) o cualquier otro que pueda facilitar el paseo y disfrute por el entorno de estas interesantes explotaciones mineras.
Este reconocimiento de 1929 formó parte de una campaña de investigaciones de la gerencia de la Compañía Minera de Dícido, ya controlada por Altos Hornos de Vizcaya, que buscaba obtener un mayor conocimiento de las posibilidades de los criaderos recién adquiridos. El hallazgo de una pequeña masa de mineral aprovechable, junto con la imposibilidad temporal de extraer mineral en las labores principales, supusieron la rápida puesta en marcha de su explotación.
Figura 5: Representación del perfil y planta de la masa de mineral a explotar en 1930 |
La explotación interior
Sobre las labores antiguas se abrieron nuevos pozos y galerías para atacar esta masa de la que se extrajeron cerca de 2000 toneladas anuales en los, aproximadamente, tres años que estuvo en explotación.
Los accesos a labores subterráneas, a día de hoy, son difíciles de identificar por quedar en parte ocultos bajo un manto de vegetación, pero son fácilmente apreciables en fotografías antiguas.
Figura 6: Área de la denominada mina Vulcano con sus puntos de interés señalados sobre una foto aérea de Demarcación de Costas de 1996. |
Como podemos ver en el próximo plano, las últimas labores interiores llevadas a cabo en la parte baja del criadero constaban, además de la galería de transporte, de otros dos niveles superiores que comunican con las canteras exteriores mediante dos pozos que a su vez eran utilizados como puntos de vertido de los minerales extraídos en estas áreas.
Figura 7: Plano de las labores en abril de 1932 donde se aprecian los tres niveles de la explotación inferior y los pozos de vertido de las canteras |
Aquí podemos destacar la galería inferior de transporte (Bocamina 1), de unas dimensiones aproximadas de 3x3m, que era utilizada para evacuar todo el mineral extraído en la explotación.
Figura 8: Bocamina de acceso a la galería principal. |
Adentrándonos por esta bocamina, a pocos metros en la galería principal, a la izquierda, se abren dos pequeñas galerías con forma trapezoidal y marcas de pico en las paredes que denotan una técnica constructiva previa al uso de explosivos. La inexistencia de canal de desagüe ni de lucernarios típicos, nos invita a pensar que no podemos datarlas en época romana, pero sí, al menos, como de época preindustrial.
Figura 11: Marcas de pico en la pared de la primera galería. |
Figura 12: Pozo con abertura a la corta superior. |
Desde este pozo, una pequeña galería comunica con otro pozo similar, con más ramificaciones de galerías a un nivel superior, pero, en este caso, sin abertura en el techo.
La abertura superior que encontramos en el pozo anterior, comunica con una pequeña excavación a cielo abierto que se encuentra justo encima de la N-634. Esta pequeña corta utilizó esta abertura como coladero para verter el mineral por el pozo hasta la galería inferior de evacuación.
Figura 13: Una malla precaria de hierro protege de una fatídica caída al pozo. |
Figura 14: Final del filón en la bocamina 2. |
Figura 15: Pozo vaciado en la bocamina 4. |
Estas últimas consisten en diferentes accesos a una galería de arranque de dimensiones variables a la que se accede, principalmente, por la “bocamina 3”, ya que la “bocamina 4” consiste en un pequeño acceso a un pozo/coladero que comunica con la parte superior de la cavidad. Esta cavidad comienza, aproximadamente, bajo la antigua estación de giro de la cadena flotante y desciende en galería con restos de algún registro lateral sin haber llegado a observarse que haya comunicación con la posible bocamina tapiada que se aprecia en el exterior.
Figura 16: galería de explotación accesible desde la bocamina 3. Figura 17: pozo por el que continúa descendiendo la galería.
La galería termina en un pozo que bien pudiera llegar a comunicar con las otras galerías inferiores, pero la falta de apreciación de corriente de aire nos invita a pensar que, de haber habido conexión, se encontraría actualmente obstruida.
Figura 18: Ortofoto del año 1978 indicando la bocamina desaparecida tras las obras de la autovía A-8. |
Transporte del mineral
Es difícil conocer cómo se transportaba el mineral extraído en las labores antiguas, pero por lógica, diríamos que era transportado mediante bueyes por el antiguo camino a pie de bocamina hasta las ferrerías cercanas o a los embarques de Castro y Dícido con destinos más alejados,
Figura 19: Proyecto de tranvía aéreo en la “Puntilla”. Plano del terreno donde se proyecta instalar la estación de carga |
Sin embargo, de 1930 sí que tenemos un plano en el que se señala la galería de evacuación desde donde parten unos raíles en dirección a La Puntilla, lo que podría llevar a pensar que era conducido hacia la zona de Saltacaballo, aunque es más razonable pensar que simplemente estaban vertiendo escombros en esa zona para ampliar la explanación y que el mineral se conducía originariamente en sentido contrario, hacia Mioño.
En el plano se observa también, otra infraestructura consistente en un coladero que da a otra galería inferior con salida a una pequeña explanación, en lo que parece ser un sistema de carga.
Como quiera que este plano corresponde a un proyecto de construcción de un tranvía aéreo para bajar el mineral desde esta mina a la explanada de la escombrera de la galería de la cota 20, en la playa de Dícido, podemos presuponer que dicha infraestructura estuviera preparada para dar servicio a este tranvía, puesto que analizando las huellas sobre el terreno, se nos hace difícil imaginar que desde esa cota hubiera otra forma de transportar el mineral, salvo utilizar el precario sendero descendente hacia la playa.
El primer diseño de este tranvía aéreo descendía desde la cota 50, desde la explanación mostrada en el plano anterior, hasta la explanación de la galería de la playa en la cota 20.
Consistía en 4 torres, las de inicio y final además de otras dos intermedias. A partir de la estación final de descarga, parece que se planteaba continuar mediante una línea de vagonetas que enlazaría con el ferrocarril de cadena flotante siguiendo un trazado por detrás del cuartel de la Guardia Civil.
Figura 20: En rojo el trazado del tranvía aéreo proyectado. A lápiz otra opción planteada con posterioridad. |
Figura 22: Plano del sistema del vaivén con el alimentador de la estación de carga y la línea de vagones que parte de la estación de descarga. |
Este diseño, más aéreo, partía del mismo punto, si bien establecía otro sistema de carga a través de una vertedera por la ladera en lugar de utilizar la galería existente. El punto de destino estaba más próximo a la playa, en la cota 6 desde donde se cargaban las vagonetas que después se dirigían hasta conectar con la cadena flotante justo antes de la estación de giro previa al paso por el puente del Cabrera.
Figura 23: Perfil del sistema del vaivén con las estaciones de carga y descarga, además de los dos baldes. |
El sistema consistía en dos cables tensores por los que se desplazaban los dos baldes que estaban conectados entre sí mediante una polea, de manera que cuando descendía el balde cargado de mineral, el vacío ascendía hasta la estación de carga, produciéndose el mencionado movimiento de vaivén.
Figura 24: Recreación del recorrido del vaivén desde la estación de carga hasta la playa de Dícido. |
Figura 25: Trazado del vaivén visible en un plano de labores del 31 de Diciembre de 1932. |
De este sistema solo quedan los restos de los muros de la estación de carga y la pilastra de la estación de descarga, actualmente utilizada como pedestal de la escultura del caballo minero.
Figura 26: Restos de la estación de descarga del vaivén reutilizada como pedestal para una escultura al caballo de las minas. |
Bocaminas en el canal de La Turbia
Bajo las anteriores minas, contiguas al trazado de lo que fuera el canal de desagüe del lavadero de las minas de Dícido, aparecen dos pequeñas excavaciones: una en galería con escaso recorrido y otra en forma de pozo comunicante con el mar.
Dado que están en la traza del canal de desagüe de La Turbia, podemos suponer que se abrieron con posterioridad a la construcción de este, en 1913, aunque tampoco es descartable que el canal se construyera aprovechando algún sendero precedente con destino a alguna de estas bocaminas.
La primera podría tratarse de una cata buscando un filón que parece que se explotó en cantera algunos metros más arriba, pero teniendo en cuenta la escasa altura de la entrada, no podemos descartar tampoco de que se trate en realidad de un refugio antiaéreo abierto durante la Guerra Civil.
Figura 27: Pequeña galería de escaso recorrido. |
La segunda se trata del acceso superior a la excavación de un filón descendente que se adentraba en el mar y donde aún se puede apreciar el puente de roca dejado como pilar durante la excavación.
Figura 28: Entrada superior a las labores de vaciado. |
Figura 29: Vista de la excavación inferior adentrándose en el mar. |